Situada junto al templo parroquial de Santa Úrsula, su antigüedad como espacio abierto y sin ornamentación, sometido a lo largo de los siglos a mutilaciones y ensanches, se remonta a la época fundacional del mismo. Desde entonces ha venido siendo lugar de proclamas, pregones, festejos, y núcleo activo de la vida local, popularmente conocido como La Plaza o la Plaza de la Iglesia, aunque su denominación oficial haya estado sometida a los vaivenes de las corrientes políticas imperantes en el país. De esta forma, entre 1820 – 1823 se le impuso el nombre de «Constitución» y «Plaza del Generalísimo» hasta el año 2018, aplicando la Ley de Memoria Histórica se cambia el nombre el nombre y se establece «Plaza de Santa Úrsula».

Atravesada en la segunda mitad del siglo XIX por la carretera provincial, la lentitud de las gestiones para modificar el trazado de esta, una vez construido el puente Alfonso XIII (Puente de Hierro) y el  tramo de vía de igual nombre, retrasan su transformación en bella plaza ajardinada, cuyas obras generales no se concluyen hasta después de la tercera década de la presente centuria. No obstante, siempre fue lugar de reunión cuidad por las autoridades, que en 1898 acuerda dotarla de una pila de agua para abastecimiento vecinal y dos años más tardes, consignar en el presupuesto quinientas pesetas para su entretenimiento y arreglo.

De su posible ornamentación arbórea en tiempos pasados sabemos muy poco. Un eucaliptos se alzaba en 1912, derribado debido a un viento huracanado quedando en la carretera antigua y a distancia de un metro de la plaza, el ayuntamiento lo comunica a la jefatura de Obras Públicas. Así consta en el oportuno oficio, sin que el resto de la documentación consultada consigne la existencia de otros ejemplares.

La iniciativa práctica de su remodelación corresponde a la corporación presidida por el alcalde Antonio García Gutiérrez, que el 27 de noviembre de 1923, hallándose reunida en la propia plaza, acuerda para su embellecimiento, mandar a construir una pared de contención que fuese a dar con el muro de la casa parroquial. Confía la dirección de los trabajos a los miembros de la comisión de ornato, a quienes encarece dejarla bien nivelada para que las aguas pluviales discurran hacia la carretera o cauce antiguo; objetivo importante de la obra, parcialmente ejecutada mediante prestaciones personales según proyecto elaborado por Antonio Martín Núñez, que no puede realizarse en su totalizador la demora de la Dirección General de Obras Públicas en autorizar la desviaciones insistentemente solicitada a través del Gobierno Civil, Ministerio de Fomento y representantes Canarios en Madrid de la Carretera antigua que la cruza.

En julio de 1930, ya resulto el problema citado, el Boletín Oficial de la Provincia anuncia la subasta pública de las obras de pavimentación y complementarias por un importe de 6.855 pesetas, adjudicadas a Pedro Abrante García como único postor presentado a la misma. Posteriormente se le abonarían 2350 pesetas más, por coste de la balaustrada y vestido de los muros.

Los jardines de esta plaza eran tan llamativos y bonitos que en 1951 el primer Ministro de Inglaterra Winston Churchill y su esposa Lady Clementina cuando pasaban por el lugar, quisieron parar para deleitarse con la belleza de los mismos.

 

Fuente: M. Rodríguez Mesa. Historia de Santa Úrsula